Personas mayores con depresión: ¿cómo ayudarlas?

Hoy, 13 de enero, Día Mundial de la lucha contra la Depresión, desde Dedicae recordamos que esta enfermedad afecta especialmente a las personas mayores, ya que la falta de vitalidad y los sentimientos de tristeza y soledad suelen ser más intensos en esta etapa, y proporcionamos unas pautas muy útiles para cuidarlas de la mejor manera posible.

Según datos de la OMS, la depresión afecta actualmente a más de 350 millones de personas en todo el mundo (la cuarta parte de la población mundial) y es la primera causa de consulta psiquiátrica en las personas mayores de 60 años. De hecho, se calcula que el 25% de las personas mayores de 65 años padece algún tipo de desorden psiquiátrico, siendo la depresión la enfermedad más frecuente, superada únicamente por la demencia a partir de los 75 años.

Causas y síntomas

En los ancianos, la depresión generalmente viene provocada por alteraciones bioquímicas cerebrales y desorden en los neurotransmisores (noradrenalina, dopamina y serotonina); carencias vitamínicas y minerales; enfermedades incapacitantes; y diversos factores psicológicos como la ausencia de motivación para vivir, disminución de la autoestima, sensación de impotencia, pensamientos de falta de cariño, temor al abandono, pérdida de personas importantes…

Estas personas de edad avanzada, y más si padecen alguna dolencia severa, suelen sentirse tristes, apáticas, irritadas e inseguras. Por tanto, es importante que el médico diagnostique cuanto antes si se trata de un estado de ánimo puntual debido al envejecimiento, que puede mejorarse, o de una depresión que debe tratarse farmacológicamente y con apoyo en el hogar.

Algunos de los síntomas que pueden ayudarnos a saber si nuestros mayores están deprimidos son:

– Sentimiento de tristeza, desesperanza o vacío

– Irritabilidad y frustración incluso ante problemas pequeños

– Dificultad en la concentración, pensamiento o toma de decisiones

– Baja autoestima con sentimientos de culpa y fracaso

– Lentitud a la hora de hablar, razonar y moverse

– Falta de interés por actividades cotidianas como ir a la peluquería o relacionarse socialmente…

– Problemas con el sueño: insomnio o exceso de descanso

– Sensación de cansancio y/o no querer levantarse de la cama

– Pensamientos recurrentes sobre la muerte

– Falta de apetito y adelgazamiento o ansiedad con la comida y aumento de peso

Cómo podemos ayudar

Para los expertos, la familia, cuidadores y amigos pueden ayudar mucho a la hora de aliviar los síntomas de los ancianos con depresión. Estos son algunos de sus consejos:

– Explícale la enfermedad y su tratamiento, acompáñalo a las citas médicas, recuérdale la toma de medicamentos… Hazle ver que cuenta con apoyos, que estáis a su lado y que esta situación no la va a vivir en soledad

– Proporciónale acompañamiento de calidad, estimulando la comunicación, que se exprese, hable y se sienta cómoda. Escúchale y tranquilízale, haciéndole ver que es normal que se encuentre así y asegurándole que dentro de poco se sentirá mejor

– Haz que se sienta útil, déjale que haga tareas que le gustan (cocina, costura, jardinería…) y búscale actividades que le puedan generar satisfacción

– Fomenta sus sentimientos positivos. Ayúdale a recordar buenos momentos, repasa viejas fotos, consulta su opinión y recuérdale que valoras mucho su experiencia

– Aconséjale estructurar una rutina, evitando que pase mucho tiempo en la cama o demasiadas horas delante del televisor. Puedes proponerle una reorganización de su horario, pero dejando siempre que él tenga la última palabra

Errores frecuentes

También debemos ser conscientes de que la falta de conocimiento o comprensión puede hacer que nuestras acciones resulten contraproducentes. Algunos de los errores más frecuentes que señalan los psiquiatras a la hora de tratar a una persona mayor que padece depresión son:

– Banalizar el trastorno o forzarle a tener pensamientos positivos. Está comprobado que no es aconsejable intentar convencerla de que piense o sienta de otra manera

– Recriminarle su estado de ánimo o imponerle actividades “por la fuerza”, lo que va a percibir como un ataque y aumentar su sensación de culpa

– Dejarnos llevar por la frustración o el enfado, olvidando que siempre debemos mantener con ella un diálogo optimista y alentador

– Hacer nosotros aquellas pequeñas tareas que ella, aunque puede, se niega a realizar (encender la radio, calentar algo en el microondas…). Debe sentirse útil y sobreprotegerla puede tener el efecto contrario

¿Se puede prevenir?

Por último, los profesionales de Dedicae recordamos cuáles son aquellos hábitos saludables que pueden prevenir o retrasar este desorden mental en la vejez:

– Mantener una vida social activa, relacionarse frecuentemente con los familiares y con personas de la misma edad para compartir intereses y apoyarse mutuamente

– Realizar actividades lúdicas que les motiven y practicar ejercicio físico para mantenerse en forma

– Ejercitar la mente con pasatiempos, lectura, puzzles, juegos de memoria…

– Seguir una dieta equilibrada, privilegiando el consumo de frutas y verduras, controlando la sal, y reduciendo las grasas y sustancias como la cafeína o el alcohol

– Salir a pasear y exponerse al sol para mantener unos buenos niveles de magnesio y calcio en los huesos, debido a la vitamina D que desprende

FUENTES:

Sociedad Española de Psicogeriatria https://www.sepg.es/

Sociedad Española de Psiquiatria y Salud Mental https://sepsm.org/

Sociedad Española de Geriatría y Gerontologia https://www.segg.es/

PARA SABER MÁS:

“Depresión en las personas mayores. Guía de buena práctica clínica en Geriatría”

https://www.segg.es/media/descargas/GBPCG_Depresion.pdf

“Consenso sobre la depresión en el anciano”

https://www.sepg.es/assets/img/web/COSENSO_SEPG_DEPRESION_ANCIANO.pdf

Servicios Dedicae:

Cuidados de personas mayores a domicilio en Madrid