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Claves para cuidar la piel del paciente oncológico

El cáncer genera cambios en el paciente oncológico que, sumados a los efectos secundarios de los agresivos tratamientos, impactan negativamente en su aspecto físico. En concreto, la piel, el cabello y las uñas se ven muy afectados, por lo que desde Dedicae aportamos una serie de claves para que el enfermo se encuentre lo mejor posible tanto desde el punto de vista estético como médico.

Principales problemas en la piel del paciente oncológico

  • Piel seca (áspera, sin brillo ni elasticidad, descamada y con frecuentes irritaciones, heridas y fisuras). Hay que potenciar una hidratación integral basada en incrementar la ingesta oral de agua e infusiones y el empleo de cremas hidratantes que contengan ingredientes emolientes. Paralelamente hay que mantener limpia la piel mediante el uso de jabones suaves con pH neutro y agua tibia, sin friccionar ni en el enjabonado ni en el secado, usando productos hipoalérgicos y prescindiendo de los que contienen alcohol, perfumes o fragancias artificiales.
  • Prurito (picor y escozor). Se debe evitar el rascado -que puede producir lesiones- y optar por los antihistamínicos de administración oral y la aplicación de preparados tópicos antipruriginosos (calamina, mentol, polidocanol, capsaicina…) y antiinflamatorios.
  • Manchas cutáneas (hiperpigmentación) e irritaciones. Conviene usar fotoprotectores con un alto factor de protección y evitar la exposición directa al sol, así como recurrir a productos especiales que alivian la radiodermitis.
  • Ulceración cutánea. Si se debe a la invasión directa de un tumor sobre la piel, su tratamiento dependerá del grado de evolución, variando desde una minuciosa limpieza, desinfección y aplicación de preparados cicatrizantes hasta el tratamiento quirúrgico (desbridamiento). Si son úlceras por decúbito (inmovilización prolongada), habrá que cambiar regularmente al paciente de postura y aplicar medidas que minimicen el roce (uso de almohadones, colchón antiescaras…).

Otras medidas para mantener la piel en óptimas condiciones consisten en utilizar ropa a base de fibras naturales, amplia y cómoda; prescindir del uso de prendas o complementos (collares, gomas, corbatas…) que por su roce o composición puedan irritar la piel; evitar temperaturas extremas; recurrir a prendas que actúan de barrera a los rayos solares (gafas, sombreros, pañuelos…); afeitarse con delicadeza; y evitar exfoliaciones y depilaciones con cera o similares.

Cuidados de las mucosas

La mucositis es una inflamación de la mucosa bucal frecuente en los pacientes con cáncer, que se manifiesta con enrojecimiento, sensación de quemazón y aftas. Producida por la quimioterapia y radioterapia que recibe el paciente en cabeza y cuello, para su tratamiento se recomienda una cuidadosa higiene bucal, así como el empleo de antisépticos, anestésicos locales y preparados que ejercen de barrera y cicatrizante.

Cuidados en cabello, cejas y pestañas

La quimioterapia y la radioterapia debilitan el cabello y el vello de todo el cuerpo, afectando en mayor o menor a su pérdida y aspecto. Por el momento no existe ninguna solución para minimizar su impacto, por lo que en algunos casos recomendamos el uso de pelucas, pañuelos y maquillaje corrector, y en otros, simplemente evitar los secadores de pelo con aire muy caliente, tintes, decoraciones, alisados o permanentes, y tomar algún suplemento alimenticio.

Asimismo, esos tratamientos hacen que las uñas se vuelvan más frágiles y quebradizas, con estrías y manchas, despegándose a veces de los dedos. Para cuidarlas, basta con mantener una correcta limpieza y una buena hidratación, restringiendo los cortes de cutícula, el empleo de quitaesmaltes o la colocación de uñas acrílicas.

Cuidados después del tratamiento

Los profesionales de Dedicae sabemos que muchos de estos cambios que ocurren en la piel suelen mejorar varias semanas después de terminar las sesiones de terapia oncológica, aunque en algunos casos pueden perdurar o aparecer tiempo después. 

Por este motivo recomendamos seguir con una buena hidratación diaria, el uso de productos suaves, tratar la piel con delicadeza mientras se renueva y, antes de recurrir a algún procedimiento estético para tratar esas alteraciones, consultar al dermatólogo.

Para saber más: 

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