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El bebe prematuro
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El bebe prematuro
Un bebé prematuro es aquel que ha nacido antes de la 37 semana de gestación, es decir con menos de 8 meses. A esta edad los órganos y sentidos de su hijo no están plenamente desarrollados por lo que el contacto debe ser delicado, los sonidos deben ser muy suaves y la luz debe estar tenue. Su bebe necesita cuidados especializados, que Dedicae le sugiere a continuación.
Un Recién Nacido prematuro es aquel bebé que nace antes de completar la semana 37 de gestación. Además de la edad gestacional, en la valoración de sus riesgos y en el tratamiento y los cuidados que va a necesitar serán determinantes su peso corporal y la madurez de sus órganos vitales. Por eso permanecerá hospitalizado hasta que su situación permita llevarlo al domicilio familiar.
La mayor parte de las muertes neonatales ocurren en recién nacidos prematuros, y la prematuridad es un factor de alto riesgo de deficiencia y discapacidad, por ello se establece un programa de seguimiento clínico exhaustivo para controlar su estado nutricional, su crecimiento y su desarrollo neurológico a todos los niveles: motor, sensorial, de aprendizaje, de comunicación, de comportamiento…
Básicamente, las mismas atenciones que un Recién Nacido a término: Higiene y cuidados de la piel, Alimentación, Sueño y Estimulación Sensorial, pero adaptadas a su situación tanto en frecuencia como en intensidad. Es importante que siga las recomendaciones que le dieron en el Hospital.
Prepare a su bebe para el contacto antes de cogerle o tocarle, hablándole con voz suave o cantándole en voz baja, sobre todo si está adormecido. Cójale de tal forma que sus brazos y piernas queden flexionados contra su cuerpo y sus manos cerca de su cara. Le puede acariciar de forma rítmica y superficial o darle palmaditas muy suaves (aplicando una presión continua y delicada). Le puede coger en canguro en contacto piel con piel sosteniéndolo sobre su pecho tantas veces como valore que su hijo lo necesita. Cuando acabe de cogerle y le quiera volver a acostar, vaya retirando sus manos delicada y lentamente del cuerpo de su bebe evitando cambios bruscos en el contacto. Esto reducirá los sobresaltos.
Si observamos alguno de estos signos, el bebé nos intenta expresar que no está a gusto, o que está estresado: Cambios de color, Náuseas, Cambio en frecuencia y ritmo respiratorio, Latidos cardiacos acelerados, Extensión e hipotonía de las extremidades, Separación de los dedos, Boca abierta, Bostezos, Llanto, Retorcerse, Actividad frenética y desorganizada… En ese caso, es preciso contenerle para relajarle, cogiéndole en posición fetal, con brazos y piernas flexionados y sujetarle para darle seguridad y confort.
Fuentes:
Salus, cuidadoras de bebés recién nacidos a domicilio en Madrid