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El invierno lleva una temporada con nosotros. Para unos es una buena noticia y lo esperaban con una sonrisa, para otros, es un período del año a soportar. Como todo, tiene su parte buena y su parte menos buena. En esta última se encuadra el aumento de riesgo en problemas de salud. Pero ¿cuáles son los efectos de esta etapa del año asociada con la bajada de las temperaturas?
El impacto en nuestra salud está vinculada a las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, la temperatura corporal y, salvo situaciones derivadas de accidentes o sucesos inesperados, tienen una gran relación con enfermedades crónicas, situaciones de vulnerabilidad socioeconómica e inadecuación de los hogares ante las inclemencias del tiempo.
Efectos del frío en el organismo
La exposición al frío empieza a causar efectos indeseados a partir de los 4º-8º C y se incrementa según persiste la bajada de temperatura a través de diferentes mecanismos:
- Debilita la respuesta de nuestro sistema de defensa ante las infecciones.
- El aire muy frío puede producir irritación de las vías respiratorias, con respuesta inflamatoria y espasmo, lo que ocasiona disminución de su diámetro y dificultad en la respiración.
- Aumenta la presión arterial y favorece la formación de trombos en las arterias cerebrales y coronarias.
- La bajada de las temperaturas lleva a permanecer más tiempo en habitaciones cerradas, con menos frecuencia de ventilación y a la presencia de más personas en un mismo espacio, todo ello condiciones que favorecen la posibilidad de contagio de infecciones respiratorias.
- Cuando la intensidad del frío supera la capacidad de adaptación del organismo para producir y conservar el calor, se puede llegar a la hipotermia a nivel general o a la congelación como fenómeno local.
¿A qué personas les afecta más el frío?
La presencia de estos efectos hace que algunas personas sean más vulnerables:
- Embarazadas, por su mayor susceptibilidad al frío intenso.
- Recién nacidos y lactantes, en los que se suman la inmadurez de su respuesta adaptativa para generar y conservar el calor y la menor capacidad de actividad física y de comunicación para avisar de la situación en la que se encuentran.
- Personas mayores, que también tienen una menor capacidad de respuesta orgánica al frío y en ocasiones una percepción también disminuida.
- Personas con enfermedades crónicas cardiovasculares, respiratorias, endocrinas, con trastornos psiquiátricos y adicciones.
- Personas desnutridas.
- Personas en tratamiento con medicamentos que interfieren los mecanismos de adaptación al frío (vasodilatadores, depresores del SNC, relajantes musculares, etc.).
- Personas con movilidad reducida.
- Personas sin hogar, o con ingresos muy reducidos, que no pueden disponer de hogares con condiciones adecuadas para las bajas temperaturas o el uso de los medios de calefacción.
- Personas que realizan actividades al aire libre en zonas frías.
¿Qué medidas de prevención podemos tomar ante el frío?
Medidas de prevención contra el frío en el exterior
- Limite su actividad al aire libre sobre todo en los días de frío intenso, teniendo cuidado con los cambios bruscos de temperatura.
- Respire por la nariz y no por la boca. La nariz, entre otras funciones calienta el aire que tomamos y eso disminuye el posible efecto irritativo del aíre frío en las vías respiratorias.
- En el exterior, a partir de las temperaturas antes descritas, no permanezca quieto. La actividad genera calor corporal. Sin embargo, tenga cuidado en no prolongarla en exceso o que esta sea intensa, llegando al agotamiento.
- Abríguese adecuadamente, protegiéndose del frío y la humedad. Es mejor utilizar varias capas de ropa ligera y holgada, sobre todo si son adecuadas para el frío y la humedad, que una capa gruesa y ajustada. Tenga especial atención en cabeza, cuello manos y pies, ya que son las regiones del cuerpo por las que se pierde más calor. Gorro o sombrero, bufanda o braga para el cuello y guantes son buenos accesorios.
- Evite el consumo de alcohol. En contra de lo que se cree, no genera calor corporal sino una sensación de calor por vasodilatación, que puede conducir a hipotermia.
- Fumar también puede favorecer la hipotermia y lesiones locales por frío debido a la vasoconstricción por la nicotina y a alterar los mecanismos de defensa ante el frío al elevar la tensión arterial y la frecuencia cardíaca. Además, las sustancias irritantes derivadas de la combustión incrementan los posibles efectos del aire frío en las vías respiratorias.
- Si se moja, cambie cuanto antes sea posible a ropa seca.
- Si viaja en coche en condiciones exteriores de frío intenso, procure evitar las vías secundarias. Lleve preparadas ropas de abrigo adecuadas, lleno el depósito de combustible y equípese convenientemente (linterna, cadenas, alimentos ricos en calorías, móvil con batería llena). Y esté atento a las indicaciones de la DGT, es frecuente oír a personas que han tenido que ser socorridas, que la situación les ha pillado de improviso, aunque se lleve incluso días avisando de la situación que se avecina.
Medidas de prevención contra el frío en casa
- Como en el exterior, llevar ropa adecuada de acuerdo con la temperatura ambiente.
- Utilice las medidas de aislamiento térmico y de aprovechamiento del calor a su alcance: ventile sólo el tiempo necesario (5 a 10 minutos, dos veces al día, salvo que use brasero, estufa de combustión o chimenea que requiere más frecuencia de ventilación), burletes en puertas y ventanas, mantenga las habitaciones cerradas para conservar el calor en su interior. Utilice los medios de calefacción para mantener una temperatura de 20º – 22º C.
- Esté atento a las personas más vulnerables ante el frío. Tenga en cuenta que además pueden no percibirlo con la misma sensibilidad o no manifestar que lo sienten. En caso necesario, sitúelos en las habitaciones más calientes del domicilio.
- Cuide la alimentación, con comidas calientes y alimentos variados. Es también importante mantener una buena hidratación.
Otros consejos para prevenir los efectos del frío en la salud:
- Siga las pautas de vacunación recomendadas ante las infecciones respiratorias.
- Esté pendiente de las personas vulnerables de su entorno.
- Si toma alguna de las medicaciones que pueden potenciar los efectos del fío, consulte con su enfermera ante posibles medidas complementarias.
- Esté atento a las informaciones de los medios de comunicación y de los servicios sociosanitarios como Dedicae, lo que le ayudará a prevenir situaciones que luego podemos lamentar.
Tener todo lo mencionado en cuenta ayudará a unos a disfrutar de esta época del año, y a otros a afrontarla con mejor disposición.
Dr. Alberto Rodríguez Balo
Médico de familia