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La disfagia es una condición médica que se caracteriza por la dificultad para tragar alimentos o líquidos. Este trastorno puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común entre los adultos mayores y aquellos con ciertas condiciones neurológicas o musculares. Entender la disfagia es crucial para manejarla de manera efectiva y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Cómo identificamos si una persona sufre disfagia?
Los síntomas de la disfagia pueden variar según la gravedad y la causa subyacente, pero comúnmente incluyen:
- Dificultad para iniciar la deglución.
- Sensación de que el alimento se queda atascado en la garganta o el pecho.
- Dolor al tragar (odinofagia).
- Tos o atragantamiento al comer o beber.
- Regurgitación de alimentos.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Cambios en la voz, especialmente después de comer.
- Neumonía recurrente o infecciones respiratorias, debido a la aspiración de alimentos o líquidos.
Consejos para alimentar a una persona mayor que sufre disfagia
En Dedicae, entendemos la importancia de brindar un cuidado integral a nuestros seres queridos, y la alimentación adecuada es una parte crucial de ese cuidado. Aquí te ofrecemos algunos consejos útiles para alimentar a una persona mayor que sufre disfagia.
1. Adapta las Texturas de los Alimentos
Uno de los principales desafíos de la disfagia es la dificultad para manejar ciertos tipos de alimentos. Es recomendable:
- Alimentos Puré: Muchas personas con disfagia toleran mejor los alimentos en puré. Verduras, frutas, carnes y legumbres pueden ser procesados hasta obtener una consistencia suave y homogénea.
- Líquidos Espesados: Las bebidas pueden ser espesadas con productos especiales disponibles en farmacias, lo que facilita su deglución y reduce el riesgo de aspiración.
2. Comidas nutritivas y atractivas
Asegúrate de que las comidas sean no solo nutritivas, sino también apetitosas. La presentación es clave para estimular el apetito:
- Variedad de Colores: Usa una variedad de colores en los alimentos para hacer las comidas más atractivas.
- Sabores: Asegúrate de que los alimentos sean sabrosos. Los condimentos suaves y las hierbas pueden mejorar el sabor sin causar irritación.
3. Frecuencia y tamaño de las comidas
Las comidas más pequeñas y frecuentes son más fáciles de manejar para una persona con disfagia. Ofrecer cinco o seis comidas pequeñas al día en lugar de tres grandes puede ayudar a asegurar una ingesta calórica adecuada sin causar fatiga.
4. Postura y ambiente adecuados
La postura y el ambiente durante las comidas son cruciales para una deglución segura:
- Postura: La persona debe estar sentada en posición erguida, con la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante. Esto facilita el paso seguro de los alimentos desde la boca hasta el esófago.
- Ambiente Tranquilo: Un ambiente tranquilo y sin distracciones ayuda a concentrarse en la masticación y deglución, reduciendo el riesgo de asfixia.
5. Hidratación adecuada
Mantener una hidratación adecuada es fundamental. Ofrecer líquidos espesados y alimentos con alto contenido de agua, como gelatinas y frutas en puré, puede ayudar a mantener la hidratación sin aumentar el riesgo de asfixia.
6. Monitorización constante
Observa siempre a la persona mientras come para asegurarte de que no tenga dificultades. Si notas signos de tos persistente, cambios en la voz después de comer, o signos de asfixia, detén la alimentación y consulta a un profesional de inmediato.
7. Educación y apoyo
Educa a todos los cuidadores y familiares sobre la disfagia y las técnicas de alimentación segura. El apoyo y la comprensión de todos los involucrados son esenciales para manejar esta condición de manera efectiva.
En cualquier caso, antes de realizar cualquier cambio en la dieta de una persona con disfagia, es esencial consultar a un médico o a un logopeda especializado en trastornos de la deglución. Si tienes dudas, las enfermeras de Dedicae pueden guiarte y darte recomendaciones personalizadas para tu caso.
Hemos hablado mucho sobre espesantes pero, ¿qué son exactamente?
Los espesantes alimentarios son sustancias que se añaden a líquidos y alimentos para aumentar su viscosidad sin alterar significativamente su sabor o valor nutritivo. Estos productos son especialmente útiles para personas con disfagia, ya que facilitan el paso seguro de los alimentos desde la boca hasta el esófago, reduciendo el riesgo de aspiración.
Tipos de espesantes alimentarios
Existen varios tipos de espesantes en el mercado, cada uno con sus propias características y usos:
Espesantes de Almidón
- Descripción: Hechos a base de maíz, tapioca, arroz o patata.
- Ventajas: Fáciles de encontrar y generalmente más económicos.
- Desventajas: Pueden cambiar la textura y el sabor de los alimentos, y tienden a formar grumos si no se mezclan correctamente.
Espesantes de Goma
- Descripción: Incluyen goma xantana, goma guar y otras gomas naturales.
- Ventajas: Proporcionan una textura más uniforme y son menos propensos a formar grumos. Mantienen la consistencia estable durante más tiempo.
- Desventajas: Suelen ser más caros y pueden tener un sabor ligeramente perceptible en algunos casos.
Espesantes Proteicos
- Descripción: A base de proteínas como la caseína.
- Ventajas: Añaden valor nutritivo adicional, especialmente proteínas.
- Desventajas: Pueden no ser adecuados para todas las recetas y pueden afectar el sabor de los alimentos.
La disfagia es un trastorno de la deglución que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas mayores y aquellas con condiciones neurológicas o musculares. Comprender las causas, tipos, síntomas y opciones de tratamiento es fundamental para manejar esta condición de manera efectiva. El uso de espesantes alimentarios, junto con otras intervenciones terapéuticas y dietéticas, puede mejorar notablemente la seguridad y el confort durante la alimentación.
En Dedicae, estamos dedicados a proporcionar la información y el apoyo necesarios para ayudar a nuestros seres queridos a enfrentar la disfagia con dignidad y cuidado. Con un enfoque integral y multidisciplinario, es posible mejorar su bienestar y asegurar que reciban la nutrición adecuada para una vida más saludable y plena.